
Entre la voz propia y privada de las mujeres y el espacio público hay una distancia milenaria y altos costos a pagar; tanto el relato oral como la literatura clásica y moderna dan cuenta de que en la patriarcal estructura del silencio, el código del poder y con ello el de la palabra siempre ha tenido rostro masculino, mientras que el código de la reclusión y el silenciamiento ha tenido y tiene rostro...